Por: Alejandro Chirinos - CooperAcción
Sólo en Barranca se han presentado 75 candidatos para ocupar cinco municipios, cuatro distritales y uno provincial. Es decir, 70 quedarán fuera. Sólo en Barranca se están presentando 471 candidatos a regidores y de los cuales asumirán el cargo 31 de ellos (por cierto, muy pocos los conocen y muchos de ellos tratan de pasar desapercibidos en la mayoría de casos). La pregunta es: ¿cuán gobernables serán las localidades los próximos cuatro años? Un ejercicio muy sencillo nos da ciertas pistas. Si dividimos el total de población electoral entre el número de candidatos por localidad y le aplicamos porcentajes, podríamos tener un índice básico de legitimidad que nos daría elementos para evaluar la gobernabilidad en toda la provincia.
En Supe (13 candidatos) el índice de legitimidad local sería de 7,6%; en Pativilca (14 candidatos) de 7,1%; en Puerto Supe (15 candidatos) de 6,7%; en Paramonga (17 candidatos) de 5,9%; y en la provincia (16 candidatos) de 6,0%. Estos porcentajes muestran que: a) quien gane en cada localidad lo hará con bajos porcentajes de voto, b) considerando que no hay segunda vuelta para las elecciones municipales, el panorama que se asoma exige que las autoridades electas desarrollen, si o si, una política concertadora y de acercamiento con los que no ganaron y con los actores locales, c) en un escenario en donde el caudillismo y la cultura del “mal perdedor” son características visibles en la política local, ambos serán factores que contribuirán probablemente a escenarios de ingobernabilidad local. Considerando además que exista la posibilidad de que los alcaldes electos no cumplan su palabra, el riesgo es mayor aún. ¿Qué queda por hacer? varias cosas urgentes: reforzar acercamientos concertadores (capacidad política), cumplir efectivamente con la palabra empeñada, tomar realmente en cuenta los aportes de sociedad civil y respetar los acuerdos tomados en la gestión anterior (capacidad social), pero más aún, poner en práctica habilidades para la gestión concertada, inclusiva y participativa rodeándose de equipos técnicos de funcionarios eficientes con capacidades probadas de gestión, transparencia y actitudes favorables a la participación ciudadana para la implementación efectiva de las políticas públicas locales (capacidad técnica). Sin duda, el desarrollo y la gobernabilidad local en Barranca y Huaura están en juego.
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